domingo, 19 de octubre de 2014

Y no se lo comió!!!!

Es que estoy alucinando todavía!.

   ¿Os habéis preguntado cuantos humanos hay en vuestras vidas?, bueno, realmente mi significado de humanidad es muy concreto, definido y difícil de encontrar, así que últimamente para no excluir a personas que encuentro y tienen un proceso diferente, prefiero hablar de rasgos de humanidad.

   Cambio la pregunta, ¿cuanto de humano encontráis en vuestras vidas, en vuestras relaciones, en las personas con las que vivis, amais, trabajais....is, is, is..., y mira que hacemos tareas!.

   Yo encontré algo de humano en un ser vivo a quien mucho quiero, que me dejó "a cuadros", un buen cambio de paradigma, que os voy a contar, igual despertamos algo de esta humanidad de la que hablo.



   En otoño hay días muy guapos, días preciosos de atardeceres cálidos donde el paseo es el mejor entretenimiento para mí y quien me acompaña. Llegué a casita para dar uno de estos reconfortantes andares entre verdes, y vi a mi perra jugando en la rocalla con los pájaros que se acercaban al olivo.

   En un periquete uno de ellos acabó atrapado en su boca, al mismo tiempo casi ahogado con un cordón de plástico que estaba por ahí. 

   La imagen me hizo apartar la mirada con un escalofrío. Luna con el pájaro en la boca. El pájaro medio ahogado por el cordón, y la pata de Luna tirando del cordón..., al pajarillo no le atisbaba ninguna esperanza.

   Mi sorpresa cuando Luna cuidadosamente se fue moviendo hasta que se deshizo del cordón que ahogaba al pájaro, y mi total asombro cuando la vi sentarse en la hierba, lo cogió entre las patas, jugando con él a base de lametones.

   Lógicamente el pájaro es cuanto pudo se escapó volando, y ella le siguió jugando. Voló, y voló ágil sin un mero rasbuño.

   ¿Como puede un animal controlar tanto sus instintos de caza?, ¿de dónde le vino la preferencia de jugar en vez de cazar?, ¿sorprende la delicadeza en un animal?, ¿no sorprende mas la falta de ella en una persona?.

   Igual es eso, un ser vivo que sabe usar el poder solo cuando es necesario y prefiere simplemente disfrutar de la vida, cogiendo lo que le hace falta, y devolviendo lo que no.

   ¿Sabéis qué me proporcionó aquella tarde?, una somera lección de autogestión, de presencia, de ternura... un momento de paz, alegría y confort para guardar en mi memoria.

      Gracias preciosa!